El Rincón de la Ciencia, Tecnología y el Conocimiento

“Ahora para encontrar trabajo hace falta un máster. ¿Qué será lo próximo? ¿El Nobel? Entrevista al educador Ken Robinson

Publicado por El Rincón de la Ciencia, Tecnología y el Conocimiento en Jueves, 21 de julio de 2016

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FRASES DE CIENCIA

jueves, 4 de octubre de 2012

¿Son unas células del cerebro las que nos dan la conciencia?

Referencia: NewScientist.com ,
Autora: Caroline Williams,


Las criaturas más inteligentes comparten un secreto, un extraño tipo de célula cerebral involucrada en las emociones y la empatía, que posiblemente sean las responsables de que seamos conscientes.



la-conciencia

El origen de la conciencia viene a ser uno de los más grandes misterios de todos los tiempos, y ha ocupado a filósofos y científicos durante generaciones. Por lo tanto, es extraño pensar que un neurocientífico tan poco conocido llamado Constantin von Economo pudo haber descubierto una pista importante desde hace casi 90 años.

Cuando miró a través de la lente de su microscopio en 1926, von Economo vio un puñado de células cerebrales largas, delgadas y mucho más grandes que las demás que las rodeaban. De hecho, parecía tan fuera de lugar que al principio pensó que eran un signo de algún tipo de enfermedad. Sin embargo, conforme miraba en más cerebros, más encontraba estas peculiares células, y siempre en las dos mismas pequeñas áreas que han evolucionado para procesar los olores y los sabores.


Von Economo reflexionó brevemente sobre lo que podrían estar haciendo estas "células de varilla y espirales", como él las llamaba, pero sin la tecnología necesaria para profundizar mucho más pronto trasladó su atención a líneas más prometedoras de investigación.


Poco más se dijo sobre estas neuronas hasta casi 80 años más tarde, cuando Esther Nimchinsky y Patrick Hof en la Universidad del Monte Sinaí en Nueva York, también tropezaron con estas agrupaciones de neuronas de extraño aspecto. Ahora, después de más de una década de neuroimagen funcional y estudios post-mortem, estamos empezando a reconstruir su historia. Ciertas líneas evidencian que pueden ayudar a construir la rica vida interior que llamamos conciencia, incluyendo las emociones, nuestro sentido del yo, la empatía y nuestra capacidad para navegar por las relaciones sociales. 

Muchos otros animales sociales de grandes cerebros también parecen compartir estas células, en los mismos sitios que en el cerebro humano. Por tanto, una mayor comprensión de la forma en que estos caminos convergen, podría decirnos mucho sobre la evolución de la mente.

celulas-ven

Es cierto que, para el ojo inexperto, estas células cerebrales gigantes, conocidas ahora como neuronas von Economo (VEN), no parecen particularmente emocionantes. Sin embargo, para un neurocientífico destacan de gran manera. Por un lado, las VEN son cuando menos el 50 por ciento más grandes que las típicas neuronas humanas, y en ocasiones hasta el 200 por ciento. Y mientras que la mayoría de las neuronas tienen un cuerpo en forma de pirámide, con un árbol delicadamente ramificado de conexiones llamadas dendritas en cada extremo de la célula, las VEN tienen un cuerpo más largo y delgado con una única proyección en cada extremo y muy poco ramificado (ver diagrama). Tal vez se han escapado durante tanto tiempo de la atención debido a que son tan raras, ya que representan sólo el 1 por ciento de las neuronas en dos pequeñas áreas del cerebro humano: la corteza cingulada anterior (ACC) y la corteza fronto-insular (FI) .

Su ubicación en estas regiones sugiere que las VEN pueden ser una parte central de nuestra maquinaria mental, ya que la ACC y la FI están fuertemente involucradas en muchos de los aspectos más avanzados de nuestra vida interior. Ambas zonas entran en acción cuando vemos señales de relevancia social, ya sea un ceño fruncido, una mueca de dolor o, simplemente, la voz de alguien a quien amamos. Cuando una madre escucha el llanto de su bebé, ambas regiones responden intensamente. También se iluminan cuando experimentamos emociones como el amor, la lujuria, la ira y la aflicción. Para John Allman, neuroanatomista en el Institute of Technology en Pasadena, California, esto equivale a una especie de "red de vigilancia social" que realiza un seguimiento de las señales sociales y nos permite modificar nuestro comportamiento de acuerdo con ellas (Annals of the New York Academy of Sciences, vol 1225, p 59).


Las dos áreas del cerebro también parecen jugar un papel clave en esta "prominente" red, la cual se encarga subconscientemente de lo que está pasando alrededor de nosotros y dirige nuestra atención a los acontecimientos más urgentes, así como a vigilar las sensaciones del cuerpo para detectar cualquier tipo de cambio (Brain Structure and Function, DOI: 10.1007/s00429-012-0382-9
).


Es más, ambas regiones se activan cuando una persona reconoce su reflejo en el espejo, lo que sugiere que en estas áreas cerebrales subyace nuestro sentido del yo, el componente clave de la conciencia. "Es el sentido de uno mismo en todos los niveles posibles, el sentido de identidad, de lo que trata de mí y de los demás, y de cómo entender a los demás. Algo que se corresponde con el concepto de la empatía y la teoría de la mente", decía Hof .


Para Bud Craig, un neuroanatomista del Instituto Neurológico Barrow en Phoenix, Arizona, todo se reduce a un sentido permanentemente actualizado de "cómo me siento ahora": la ACC y la FI reciben las señales del cuerpo y las relacionan con las señas sociales, pensamientos y emociones que alteran de forma rápida y eficiente nuestro comportamiento (Nature Reviews Neuroscience, vol 10, p 59). 



Este panorama constantemente cambiante de cómo nos sentimos puede contribuir a la forma en que percibimos el paso del tiempo.

Cuando algo importante está pasando emocionalmente, propone Craig, existe más información para procesar, y debido a esto, el tiempo parece acelerarse. Por el contrario, cuando hay menos información de lo que está pasando, actualizamos con menos frecuencia nuestra visión del mundo, por lo que el tiempo parece transcurrir más lentamente.


Las VEN son, probablemente, muy importantes en todo este proceso, a pesar de que sólo podemos inferir su función a través de pruebas circunstanciales. Y esto se debe a que la localización de estas células y la medición de su actividad en un cerebro vivo aún no ha sido posible. Pero su apariencia tan inusual es una pista de que, probablemente, no están ahí sin hacer nada. "Destacan anatómicamente", apunta Allman, "Una proposición general sería que, cualquier cosa de apariencia tan distintiva debe tener una función distinta."


Pensamiento rápido


En el cerebro, más grande significa en general más rápido, así pues, Allman sugiere que las VEN podrían estar actuando como un sistema de transmisión rápida, una especie de autopista social, permitiendo a lo esencial de la situación poder moverse rápidamente a través del cerebro, haciéndonos posible reaccionar intuitivamente en el acto, una habilidad de supervivencia crucial en una especie tan social como la nuestra. "Eso es en lo que se basa toda civilización que se precie: nuestra capacidad para comunicarnos socialmente de manera eficiente", añade Craig.


Una forma particularmente preocupante de la demencia, que puede afectar a la gente a partir de los 30 años, apoya esta idea. Las gente que desarrolla demencia fronto-temporal pierde pierde un gran número de VEN de la ACC y la FI desde principios de la enfermedad, siendo el principal síntoma la pérdida completa de conciencia social, empatía y autocontrol. "Ellos no tienen las normales respuestas empáticas a situaciones que normalmente disgustan o entristecen", explica Hof. "Le puedes mostrar imágenes horribles de un accidente y ni tan siquiera parpadean. Ellos dicen “Ah, sí, es un accidente”.


Los exámenes post-mortem de los cerebros de personas con autismo también refuerzan la idea de que las VEN están en el centro de nuestras emociones y la empatía. Según un reciente estudio, las personas con autismo pueden clasificarse en dos grupos: algunos tienen muy pocas VEN, lo que puede significar que no tienen el cableado necesario para procesar las señales sociales, mientras que otros tienen demasiadas (Acta Neuropathologica, vol 118, p 673). 


Este último grupo parece encajar con la reciente teoría del autismo, que propone que los síntomas puede surgir de un cableado excesivo del cerebro. Tal vez tener demasiadas VEN hace que se activen los sistemas emocionales con demasiada intensidad, causando que las personas con autismo puedan sentirse abrumadas, como muchos dicen que les  pasa.

Otro estudio reciente, descubrió que las personas con esquizofrenia que se suicidaban, tenían un número significativamente mayor de VEN en la ACC que los esquizofrénicos que murieron por otras causas. Los investigadores sugieren que una sobre-abundancia de VEN podría crear un sistema de hiperactividad emocional que los incline a la autoevaluación negativa y a sentimientos de culpa y desesperanza (PLoS One, Vol. 6, p e20936).

Las VEN en otros animales también proporcionan algunas pistas.

Cuando estas neuronas fueron identificadas por primera vez, hubo un rayo de esperanza de que podríamos haber encontrado uno de los principales cambios evolutivos, únicos para la humanidad, y que podrían explicar nuestra inteligencia social. Sin embargo, los primeros estudios que pusieron atención a este tipo de ideas, no siguieron cuando vieron que las VEN aparecieron en los chimpancés y los gorilas. En los últimos años, también se han encontrado en los elefantes y algunas ballenas y delfines.

Al igual que nosotros, muchas de estas especies viven en grandes grupos sociales, y muestran signos de la misma clase de comportamiento avanzado asociado con las VEN en las personas. Los elefantes, por ejemplo, muestran algo que se parece mucho a la empatía: ellos trabajan juntos y ayudan a otros elefantes heridos, perdidos o atrapados los. Incluso parecen mostrar signos de dolor en los "cementerios" de elefantes (Biology Letters, vol 2, p 26).


Es más, muchas de estas especies pueden reconocerse a sí mismos en el espejo, lo cual suele tomarse como una medida rudimentaria de conciencia.

Cuando los investigadores embadurnan con pintura la cara de un elefante, éste notará las marca en el espejo y tratará de ubicarse con su cuerpo. Esto condujo a Allman y a otros, a especular que las neuronas von Economo podrían ser una adaptación vital de los cerebros de gran tamaño para conseguir el seguimiento de las situaciones sociales, y que el sentido del sí mismo puede ser una consecuencia de esta capacidad.


Sin embargo, las VEN también aparecen en los manatíes, los hipopótamos y las jirafas, que no se caracterizan por sus vidas sociales. Estas células también se han detectado en macacos
, que no pasan la prueba del espejo, aunque son animales sociales. Aunque esto parece echar abajo el trabajo de aquellos que afirman que dichas células son cruciales para el conocimiento avanzado, bien podría ser que estas criaturas están mostrando los precursores de unas células finamente sintonizadas que se encuentran en las especies altamente sociales. "Creo que hay homólogos de las VEN en todos los mamíferos", agregó Allman. "Eso no quiere decir que estén configuradas de la misma manera, sino se hallan en un sitio análogo de la corteza y que están expresando los mismos genes."


No tendría sentido, después de todo, que las ballenas y primates hayan reciclado y refinado esa antigua maquinaria, presente en un antepasado común, en lugar evolucionar de forma independiente el mismo mecanismo. Se necesita mucha más investigación, es obvio, para resolver las diferencias anatómicas y las funciones de estas células en los diferentes animales.


Ese trabajo puede incluso ayudarnos a entender cómo se desarrollaron estas neuronas en primera instancia. Allman ya tiene algunas ideas acerca de dónde provienen. Nuestras VEN residen en una región del cerebro que ha evolucionado para integrar el sabor y el olor, y esto sugiere que, muchos de los rasgos ahora asociados con el FI, evolucionaron desde el simple acto de decidir si la comida es buena para comer o existe la posibilidad de caer enfermo. Cuando se llega a tal decisión, dice, cuanto más rápida sea la reacción del intestino antes lo sabremos. Y si podemos detectar este proceso en los demás, tanto mejor.


"Una de las funciones importantes que parece residir en el FI, tiene que ver con la empatía", continuó. "Mi opinión sobre esto es que, la empatía surgió en un contexto donde la comida era compartida (es muy importante observar si los miembros del grupo social están cayendo enfermos como resultado de comer algo)". Los circuitos de la alimentación básica, incluyen a las rudimentarias VEN, luego, pudo existir la elección de alguna especie de forzar otras situaciones que implicaran una decisión, como determinar si una persona es confiable o que debe ser evitado. "Así que, cuando tenemos un sentimiento, ya sea acerca de un producto alimenticio o sobre una situación o acerca de otra persona, creo que se activa el circuito de la corteza fronto-insular, y las VEN prometen una de las salidas de ese circuito."


El trabajo genético de Allman, sugiere que puede ser el camino. Su equipo descubrió las VEN en una parte de la FI que están expresando los genes de las hormonas que regulan el apetito. También hay muchos estudios que muestran vínculos entre el olfato y el gusto y los sentimientos emocionales fuertes. Nuestra reacción física a algo que encontramos moralmente repugnante, por ejemplo, es más o menos idéntica a la nuestra reacción ante un sabor amargo, lo que sugiere que pueden compartir el cableado común del cerebro (Science, vol 323, p 1222).


Otros trabajos han demostrado que, al juzgar un acto moralmente cuestionable, como un robo, mientras se huele algo desagradable conduce a juicios morales más duros (Personality and Social Psychology Bulletin, vol 34, p 1096). Es más, Allman señala que nuestro lenguaje está repleto de analogías, podemos encontrar una experiencia "deliciosa", p. ej., o a una persona "nauseabunda". Esto no es meramente casual, dice.

Pista falsa

Sin embargo, solamente en los animales muy sociales las VEN viven exclusivamente en las regiones del olor y el sabor. En los otros, como en las jirafas y los hipopótamos, las VEN parecen estar salpicadas por todo el cerebro. Allman, no obstante, señala que estos hallazgos pueden ser una pista falsa, ya que si no comprendemos los genes que expresan, o su función, ni siquiera podremos estar seguros de cuán estrechamente se relacionan estas células con las VEN humanas. Incluso pueden ser un tipo diferente de células de tan sólo apariencia similar.

Basándose en la evidencia hasta el momento, Hof piensa que las VEN ancestrales habrían sido más generalizadas, tal como se ve en el cerebro del hipopótamo, y que en el transcurso de la evolución que emigraran luego a la CAC y la FI en algunos animales, pero no en otros, aunque admite no tener ni idea de por qué pudo ser así. Él sospecha que las presiones que dieron forma al cerebro de los primates debieron haber sido muy distintas a aquellas que condujeron la evolución de las ballenas y los delfines.

Craig ha dado con una de las posibilidades que propugnan un modelo universal para estos animales de cerebros grandes. Y apunta que cuanto más grande sea el cerebro, más energía necesita para funcionar, así que resulta esencial que funcione lo más eficientemente posible. Un sistema que vigila continuamente el medio ambiente, las personas y animales estaría siempre en activo, permitiendo adaptarse rápidamente a una situación de ahorro de energía, tanto como fuese posible. "La evolución ha producido un sistema de cálculo de energía que incorpora, no sólo los estímulos sensoriales del cuerpo, sino las mismas entradas sensoriales del cerebro", subraya Craig. Y el hecho de que estemos constantemente actualizando esta imagen de "cómo me siento ahora" tiene una interesante y muy útil consecuencia: tenemos este concepto de existencia de un "yo" para inducir este sentimiento. "La evolución produjo un muy eficiente cálculo, momento a momento, de utilización de la energía que tenía un epifenómeno, un subproducto que proporciona una representación subjetiva de mis sentimientos."

Si tiene razón, y hay un largo camino por recorrer antes de estar seguros, se plantea una posibilidad muy humillante: que lejos de ser el pináculo de la evolución cerebral, la conciencia pudo haber sido, simplemente un grande y fortuito accidente, por cierto, muy exitoso.


Fuente – Bitnavegantes


VÍDEOS:


TED:  Antonio Damasio: La búsqueda por comprender la conciencia

Cada mañana al despertar recobramos la conciencia, lo cual es un hecho maravilloso; pero ¿qué recuperamos exactamente? El neurocientífico Antonio Damasio emplea esta pregunta sencilla para mostrarnos cómo el cerebro crea la sensación de sí mismo.


Las consciencias del cerebro: Semir Zeki

Daniel Dennett explica que la comprensión de la conciencia ha avanzado gracias a que estamos fragmentándola en sus partes constitutivas. Por lo visto, la conciencia funciona en plural y el catedrático de neurociencia cognitiva, Semir Zeki, lo explica de la siguiente manera: "Podemos olvidarnos del concepto de conciencia unificada. Hay muchas neuronas luchando por temas particulares como las percepciones, los colores, o las formas, y para cada uno de estos temas hay una conciencia particular."

Las consciencias del cerebro: Semir Zeki por raulespert

miércoles, 3 de octubre de 2012

La evolución del ojo en la naturaleza y diez ejemplos de animales con una increíble visión

eyes

Cuando el genio naturalista Charles Darwin publicó su teoría del origen de las especies por selección natural (la cual menciono seguido en mis artículos, puesto que es una teoría que puede explicar con suma belleza como funciona algo tan increíblemente complejo como es la vida) muchos utilizaron (y aún utilizan) como argumentación para tratar de rechazarla que la complejidad del ojo no puede ser explicada por la evolución, y debe atribuirse necesariamente a la intervención divina, a un “diseño inteligente”, como le llaman.

Por supuesto, la complejidad del ojo humano y el de muchos otros animales es realmente increíble. Miles de millones de años de evolución y aproximadamente cuatrocientas mil generaciones fueron atravesando el proceso de selección natural para derivar en el ojo complejo que poseen muchas de las especies. Y la evidencia de esto podemos obtenerla simplemente observando el mundo natural, donde diferentes especies cuentan con diferentes tipos de ojos, cada uno de ellos en distintas fases evolutivas y con distintos niveles de complejidad.

El ojo más simple que podemos encontrar en la naturaleza, representando las primeras instancias en la evolución de este órgano, lo poseen ciertos organismos unicelulares del género Euglena, que sencillamente cuentan con un pequeño punto ocular (orgánulo) en un extremo de la célula. Este primitivo ojo es solamente sensible a la luminosidad, siendo capaz de determinar si hay luz o no, pero no puede formar imágenes ni ver absolutamente nada.

El siguiente paso en la evolución del ojo podemos imaginarlo de la siguiente manera: si tenemos una lámina de células sensibles a la luminosidad y plegamos dicha lámina en forma de “U”, obtendríamos una figura cóncava denominada “ojo en copa”. 

Diferentes partes de la superficie de la lámina en forma de “U” se iluminarían dependiendo del lugar del cual provenga la luz; esto quiere decir que un organismo equipado con un ojo en copa puede detectar de que dirección proviene la luminosidad. Para los animales con ojos en copa, como los gusanos planos, esto representa una gran ventaja evolutiva para determinar la ubicación de presas o depredadores dependiendo de la fuente de luminosidad y las sombras.

 La evolución de los tipos de ojos y un ejemplo de cada uno de ellos.

Continuando con los pasos evolutivos, si tomamos la lámina en forma de “U” utilizada en el ejemplo anterior y la seguimos plegando gradualmente, la copa se cierra sobre sí misma y retiene solamente un agujero en la parte superior, lo que provee un ojo con un mecanismo similar al de una cámara estenopeica. Esta clase de ojo provee una visión borrosa y poco detallada, pero permite determinar algunas formas simples. El nautilus, un género de moluscos cefalópodos, cuenta con ojos de este tipo, simples y que proveen una visión borrosa del entorno.

La clave para obtener una imagen más clara y que provea una buena visión se encuentra en el lente, el cual es el encargado de refractar la luz de manera tal que la imagen se capte con una gran nitidez. Cuanto mejor sea el lente, de mayor calidad será la imagen obtenida. En la próxima etapa de la evolución del ojo, se debió desarrollar paulatinamente una capa de líquido de textura gelatinosa que hiciera las veces de lente y permitiera enfocar los objetos, mejorando notablemente la visión de los organismos. Al quedar determinado que éste formato de ojo funciona mejor que cualquier otro y provee una visión óptima, la selección natural sigue trabajando generación tras generación, imponiendo en cada fase pequeñas mejoras sobre diferentes características, como la curvatura o la trasparencia del lente, hasta que finalmente se alcanza un grado de evolución como el del ojo humano.

Pero aunque nuestro egocentrismo pueda llevarnos a pensar que el ojo humano es el más evolucionado e increíble que existe, encontramos en el mundo natural muchos ejemplos de animales con ojos más fascinantes y asombrosos que los nuestros. A continuación analizaremos diez criaturas con los sistemas visuales más extraños e increíbles del reino animal.

10. Tarsero (Tarsius tarsier)

Este primate nocturno del tamaño de una ardilla cuenta con unos enormes ojos, más grandes que cualquier otro mamífero, en proporción con el tamaño de su cuerpo. Si los ojos de un humano fueran proporcionalmente tan grandes como los de un tarsero, serían del tamaño de pomelos. 

Sus enormes ojos están fijos en el cráneo y no pueden girar en sus orbitas, desventaja que este animal compensa con un cuello sumamente flexible. Siendo sus ojos más pesados que su cerebro, el tarsero tiene una vista muy aguda y una excelente visión nocturna, habiéndose sugerido incluso que pueden ser capaces de ver la luz ultravioleta.

9. Camaleón (Chamaeleonidae)

El camaleón es famoso por su habilidad para cambiar de color, lo que le ayuda a comunicarse y expresar sus intenciones y estados de ánimo a otros camaleones (solo unas pocas especies la usan para camuflarse). 

Este lagarto tienen unos ojos sumamente inusuales; sus párpados se fusionan y cubren casi todo el globo ocular, exceptuando un pequeño agujero a través del cual la pupila puede ver. Cada ojo puede moverse independientemente con respecto al otro, lo que permite al camaleón detectar presas y depredadores al mismo tiempo.

Esto también significa que el camaleón tiene un campo de visión completo de 360 grados. Tiene una vista muy aguda, siendo capaz de ver un insecto a varios metros de distancia, y al igual que el tarsero puede ver la luz ultravioleta.

8. Libélula (Anisoptera)

La libélula, el cazador aéreo más formidable entre los insectos, también tiene unos de los ojos más asombrosos del mundo animal. Son tan grandes que cubren casi la totalidad de su cabeza, dándoles una apariencia de casco y un campo de visión completo de 360 grados. 

Sus ojos están compuestos por 30.000 unidades visuales denominadas “omatidios”, conteniendo cada unidad su propio lente y una serie de células fotosensibles.

Su vista es excelente, puede detectar colores y luz polarizada. Sus ojos son particularmente sensibles al movimiento, lo que le permite descubrir rápidamente cualquier posible presa o enemigo. 

Algunas especies de libélulas que cazan en la oscuridad pueden ver perfectamente en condiciones de muy poca luz, donde un ojo humano no vería nada. 

Además la libélula tiene tres ojos más pequeños llamados “ocelos”, que pueden detectar movimientos más rápidos que los enormes ojos compuestos; estos ocelos envían rápidamente la información visual a los centros motrices de la libélula, lo que le permite reaccionar en una fracción de segundo, explicando las formidables habilidades acrobáticas de este magnífico insecto.

7. Geco cola de hoja (Phyllurus cornutus)

El geco cola de hoja posee ojos muy surrealistas; sus pupilas son verticales y tienen una serie de agujeros que se amplían durante la noche, permitiendo recoger mayores cantidades de luz.

Sus ojos cuentan con muchas más células fotosensibles que los ojos humanos, proporcionándole al animal la habilidad de detectar objetos y ver colores durante la noche.

Para darnos una idea de la espectacular visión nocturna del geco, mientras que los gatos y los tiburones pueden ver seis y diez veces mejor que los humanos, respectivamente, el geco cola de hoja puede ver hasta trescientas cincuenta veces mejor que nosotros con poca luz. 

Posee una serie de patrones extraños e intrincados en los ojos, que le provee camuflaje. Además sus ojos carecen de parpados; están protegidos por una membrana transparente, que el geco usualmente limpia con su lengua.

6. Calamar colosal (Mesonychoteuthis hamiltoni)

Este calamar no solamente es el invertebrado más grande conocido, sino que también posee los ojos más grandes del reino animal. Cada uno de los ojos del calamar colosal puede medir hasta treinta centímetros de ancho, siendo más grande que un plato de comida y con una lente del tamaño de una naranja.

Estos permiten que el calamar pueda ver en condiciones de poca luz, muy útil para un animal que pasa la mayor parte de su tiempo cazando a dos mil metros bajo la superficie del mar. El calamar colosal tiene una visión estereoscópica, que le brinda una mayor capacidad para calcular distancias.

Aún más sorprendente, cada ojo tiene un "faro" integrado, un órgano denominado "fotóforo" que puede producir luz; de manera que cada vez que el calamar centra su mirada al frente, los fotóforos producen suficiente luz para que pueda ver a su presa en la oscuridad.

5. Pez de cuatro ojos (Anableps anableps)

A pesar de su nombre, este pequeño pez tiene solamente dos ojos. Sin embargo, cada uno de sus ojos está dividido por una banda de tejido y cada mitad de ojo tiene su propia pupila. 

Esta adaptación tan bizarra permite al pez de cuatro ojos ver perfectamente (y al mismo tiempo) por encima y por debajo de la línea de flotación, para escanear tanto presas como depredadores. 

La mitad superior del globo ocular está adaptada para visión en el aire, mientras que la mitad inferior está adaptada para visión bajo el agua. Aunque las dos mitades del ojo utilizan el mismo lente, el grosor y la curvatura de dicho lente son diferentes en las mitades superior e inferior del ojo, para corregir las diferencias que existen en el comportamiento de la luz en el aire y en el agua.

Esto significa que cuando el pez de cuatro ojos está completamente sumergido, las mitades superiores de los ojos se encuentran fuera de foco. 

De cualquier modo, el pez pasa casi toda su vida en la superficie y sólo se sumerge por completo de vez en cuando para evitar que las mitades superiores de los ojos se deshidraten.

4. Mosca de ojos de tallo (Teleopsis dalmanni)

Esta pequeña pero espectacular criatura recibe su nombre de las largas proyecciones (denominadas pedúnculos) ubicadas al costado de su cabeza, que tienen los ojos y antenas en los extremos.

 Los machos suelen tener pedúnculos mucho más largos que las hembras, y se ha confirmado que las hembras prefieren a los machos con los pedúnculos más largos. 

Durante la época de apareamiento, los machos de enfrentan y miden las longitudes de sus tallos ópticos, siendo ganador aquel que lo tenga más amplio. 

Los machos tienen la extraordinaria capacidad de ampliar sus pedúnculos, ingiriendo aire a través de la boca y bombeándolo a través de conductos en la cabeza hacia los pedúnculos.

3. Pez espectro (Dolichopteryx longipes)

Este pez de aspecto fantasmal posee en sus ojos una de las estructuras visuales más extrañas conocidas por la ciencia. Cada ojo tiene una hinchazón lateral denominada divertículo, separada del ojo principal por un tabique.

Mientras que la parte principal del ojo tiene un lente y funciona como el ojo de cualquier otro animal, el divertículo tiene un espejo curvo, compuesto de muchas capas de lo que parecen ser cristales de guanina

Este "espejo" es superior captando la luz comparado con el ojo normal; el divertículo refleja la luz y la enfoca sobre la retina, permitiendo al pez ver tanto hacia arriba como hacia abajo al mismo tiempo. Es el único vertebrado conocido que usa una estructura de ojo espejo para ver, al mismo tiempo que un lente común.

2. Araña cara de ogro (Deinopidae deinopis)

La araña cara de ogro tiene seis ojos, pero parece como si sólo tuviera dos, debido a que el par medio se encuentra muy ampliado. 

Esta es una adaptación que surge por su estilo de vida nocturno; las arañas cara de ogro tienen una visión nocturna excelente no sólo por sus dos ojos enormes, sino también debido a una capa de células extremadamente sensibles a la luz que los recubren. 

Dicha membrana es tan sensible, que es destruida en la madrugada y una nueva se produce cada noche. La araña cara de ogro puede ver perfectamente en la noche a pesar de que carece de la membrana reflectante denominada tapetum lucidum, la cual ayuda a otras arañas (y otros depredadores, como los gatos) a ver en condiciones de poca luz. 

De hecho, los científicos creen que las arañas cara de ogro tienen mejor visión nocturna que los gatos, los tiburones, e incluso los búhos (que pueden ver hasta cien veces mejor que los seres humanos por la noche).

1. Camarón mantis (Gonodactylus smithii)

Finalmente llegamos al animal con los ojos más raros y asombrosos del mundo.

Conocido por su agresividad y sus formidables armas (tiene una garra muy afilada y poderosa, que puede cortar un dedo humano en dos o incluso romper el vidrio de un acuario con un solo golpe), el camarón mantis es un depredador voraz que se encuentra principalmente en aguas tropicales.

Sus ojos son compuestos, como los de la libélula, aunque tienen un número mucho menor de omatidios (unos diez mil por ojo). Sin embargo, en el camarón mantis cada fila de omatidios tiene una función particular: algunos de ellos se utilizan para detectar la luz, otros para la detección de color, etc.

El camarón mantis visualiza el color mucho mejor que los humanos, debido a que sus ojos cuentan con doce tipos de receptores de color, mientras que los ojos humanos tienen sólo tres. Además puede ver luz ultravioleta, luz infrarroja y luz polarizada, contando con la visión más compleja de todos los animales conocidos. Sus ojos están situados en el extremo de tallos y se pueden mover de forma independiente el uno del otro, girando hasta 70 grados.

Curiosamente, la información visual no es procesada por el cerebro, sino por los mismos ojos. Aún más extraño, cada uno de los ojos se divide en tres secciones, permitiendo a la criatura ver los objetos con tres partes diferentes del mismo ojo. 

En otras palabras, cada ojo tiene "visión trinocular" y completa percepción de profundidad, lo que significa que si un camarón mantis pierde un ojo, su otro ojo todavía sería capaz de juzgar profundidad y distancia por sí mismo, como un ser humano con sus dos ojos. Los científicos sólo están empezando a comprender los misterios de la visión de estos crustáceos; por el momento, sólo podemos tratar de imaginar cómo luce el mundo para un camarón mantis.

Fuentes:

VÍDEOS:

Evolución - El Ojo

Son uno de los factores más utilizados y prevalecientes de la evolución.

Noventa por ciento de las especies existentes tienen ojos, y existen de muchos tipos y formas. Descubra cómo ciertas medusas ancestrales pueden haber sido las primeras en evolucionar hacia células sensibles a la luz. 

Descubre cómo los dinosaurios desarrollaron ojos que los ayudaron a convertirse en exitosos cazadores. 

Finalmente, aprende cómo la habilidad de distinguir los colores ayudó a los primates a encontrar comida.


Desde que la tierra comenzó a hospedar vida, casi el 99% de todas las especies han desaparecido. 


Esta nueva serie de History examina las similitudes de las especies actuales y sus diferencias con las extinguidas.



La evolución de las especies (Ojos) - Parte 1 de 5


La evolución de las especies (Ojos) - Parte 2 de 5



La evolución de las especies (Ojos) - Parte 3 de 5


La evolución de las especies (Ojos) - Parte 4 de 5


La evolución de las especies (Ojos) - Parte 5 de 5

lunes, 1 de octubre de 2012

Hablando con Científicos: Pesos pesados estelares. Hablamos con Artemio Herrero.


El conocimiento científico crece gracias a la labor de miles de personas que se esfuerzan, hasta el agotamiento, por encontrar respuestas a los enigmas que plantea la Naturaleza. En cada programa un científico conversa con Ángel Rodríguez Lozano y abre para nosotros las puertas de un campo del conocimiento.


estrellas

¿Se ha parado usted a mirar el cielo estrellado?
A simple vista podemos ver que unos astros brillan más que otros, pero, cuanto más tiempo miremos, más patentes irán siendo esas diferencias. Unos, muy pocos, cambian de posición: son los planetas, satélites y cometas; pero el resto, la inmensa mayoría, permanece inmóvil noche tras noche, las estrellas. Sus colores son ligeramente distintos, unas son rojizas, otras blanco-amarillentas y otras tienen un color azulado. Es ahí, en su luz, donde guardan ocultos muchos de sus secretos. La luz nace en los átomos, diminutos ladrillos del universo capaces de absorber o emitir energía luminosa de unas frecuencias determinadas, es decir, de unos colores específicos. La luz es, pues, la tarjeta de presentación de los átomos, por eso, al analizarla, podemos conocer la naturaleza de las sustancias que la generan, o que la absorben. Esta propiedad sirve tanto para identificar los elementos químicos de un gas de laboratorio como para conocer la composición de los lejanos y calientes gases que rodean a las estrellas.

Las primeras diferencias
A principios de siglo, en la Universidad de Harvard, trabajaba un grupo de mujeres a las que llamaban despectivamente “calculadoras”. Su labor consistía en recopilar, una a una, la luz de cientos de miles de estrellas. Para su estudio, descomponían la luz procedente de cada astro en sus colores básicos y la fotografiaban. Esa fotografía de colores se conoce como “espectro”. Analizando esos datos, una de esas “calculadoras”, Annie Jump Cannon, realizó la primera clasificación de las estrellas. Las ordenó en clases atendiendo a sus colores. A cada clase le asignó una letra. Las más azuladas eran de tipo O, le seguían las de tipo B, A, F, G, K y, por último, a las más rojas les asignó la letra M. Los alumnos, idearon una regla nemotécnica para recordar la clasificación. Era una frase en inglés que, traducida, viene a decir. “Oh, sé buena chica, bésame”. (Oh, Be A Fine Girl, Kiss Me).

Pero además del color, otra posibilidad consistía en estudiar el brillo. La intensidad de la luz emitida por una bombilla roja será menor cuanto más lejos esté, pero su luz seguirá siendo roja. Con estas premisas, a un astrónomo danés, llamado Hertzsprung, se le ocurrió una brillante idea: “Si dos estrellas tienen el mismo espectro – pensó -, es decir, la misma distribución de colores, deben ser muy semejantes, por lo tanto, su diferencia de brillo debe depender de la distancia a la que se encuentran”. Con esta idea en mente, a Hertzsprung le bastaba con determinar la distancia de una estrella con un espectro determinado para que se pudieran calcular las distancias de muchas otras del mismo tipo. Así, jugando con el color, la intensidad o magnitud y la distancia, se fue formando poco a poco la imagen en tres dimensiones que tenemos del universo.

Los grandes enigmas
Mientras que los astrónomos se dejaban los ojos mirando por los telescopios, los físicos trataban de resolver otro de los grandes enigmas ¿De dónde sale la inmensa cantidad de energía que alimenta a las estrellas? La solución estaba, paradójicamente, en lo más diminuto del universo: el núcleo atómico. Sólo en el corazón de las estrellas, la gravedad comprime la materia con una fuerza tremenda, tanta, que consigue unir dos protones, dos núcleos de hidrógeno superando su propia repulsión eléctrica. Así se produce una cadena de fusiones nucleares que convierten el Hidrógeno en Helio. En el proceso, una pequeña cantidad de masa se convierte en una gran cantidad de energía. La energía que alimenta a las estrellas. En lo más profundo de una estrella común, como el Sol, las condiciones son inimaginables, la materia es unas doce veces más densa que el plomo y las reacciones nucleares de fusión elevan la temperatura hasta los 15 millones de grados. Es un infierno en el que se queman, cada segundo, 4 millones y medio de toneladas de hidrógeno. Pero no se preocupen, el Sol no corre peligro de apagarse inmediatamente, su tamaño es tal que aún tiene combustible para 5.000 millones de años.

Estrellas masivas
Pero el Sol es una estrella corriente, existen otras mucho más grandes que él. En una estrella mucho más masivas que la nuestra, las condiciones en su interior son tales que el combustible se consume muy rápidamente. Son estrellas que, al igual que el hijo pródigo, viven intensamente, dilapidan su contenido energético en poco tiempo y tienen una muerte espectacular. Les invito a escuchar la vida de estos “pesos pesados estelares” contada por D. Artemio Herrero Davó, catedrático de la Universidad de la Laguna e Investigador del Instituto Astrofísico de Canarias en este capítulo de Hablando con Científicos” de Cienciaes.com.

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Viaje a bordo de un Sueño (El color de las estrellas)

Estamos inmersos en un Universo plagado de puntos de colores que representan a las estrellas. Estos puntos de luz contienen información sobre ellas, que nos ayuda a comprenderlas. La comprensión de las estrellas nos abrirá las puertas del misterioso origen de la vida. Nunca podremos hacer un viaje que nos permita ver todas las estrellas del Cosmos; tan sólo con nuestra mente, a bordo de un sueño, podemos imaginar ese viaje.

¿Por qué el ser humano es tan vulnerable a los engaños de la mente?

Por: EFE
enga;os de la mente

Una neurocientífica estudia el cerebro a través de cómo se deja engañar de los trucos de magia.

El cerebro vive en un estado de perpetuo engaño y de eso se aprovecha la magia, cuyos trucos funcionan porque el proceso de atención y conciencia del ser humano tiene un cableado fácil de 'piratear'.

Así lo aseguró la neurocientífica Susana Martínez-Conde, quien acaba de publicar el libro 'Los engaños de la mente'.

"Lo difícil es no engañar al cerebro", asegura esta investigadora del Instituto Neurológico Barrow de Phoenix, en Estados Unidos, donde dirige el laboratorio de Neurociencia Visual.

Los seres humanos, continúa, no ven el mundo cómo es, sino como quieren que sea. 

Ese es el principal argumento de este libro, publicado en España (editorial Destino) y escrito también por Stephen L. Macknik, su esposo y director del laboratorio de Neurofisiología del Comportamiento en el mismo instituto.

Esta publicación profundiza en cómo los trucos de magia desvelan el funcionamiento del cerebro y por qué un auditorio se puede quedar embobado delante de un ilusionista y, según sus autores, pretende explicar, con un lenguaje ameno y fácil, por qué el ser humano es tan vulnerable a los engaños de la mente.

"Queremos mostrar al lector que el engaño es inherente al ser humano, que nos engañamos los unos a los otros constantemente",indica Martínez-Conde.

Entender cómo los magos logran manipular los cerebros ayudará, además, a comprender mejor cómo funcionan los trucos cognitivos en las estrategias publicitarias o en las negociaciones empresariales, advierten los autores.

"No nos engañan los magos, sino nuestro propio cerebro. Y como científicos estudiamos las ilusiones para, precisamente, entender este órgano. La clave del éxito de los magos está en que manipulan la atención del espectador y lo hacen, por ejemplo, a través del humor", comenta Martínez-Conde.

"Creemos que somos conscientes de lo que sucede a nuestro alrededor, pero por lo general desechamos el 95 por ciento de lo que ocurre", añade la especialista al explicar que los magos recurren a estos procesos cerebrales.

El objetivo de juntar neurociencia y magia, recalca esta 'neuromaga', consiste en incrementar el conocimiento sobre los circuitos del cerebro que procesan la cognición y el funcionamiento del mismo. "Estos dos campos tienen mucho en común, no sólo porque tienen la capacidad de potenciarse una a la otra, sino por su gran aplicación para nuestra vida cotidiana", concluye.

MADRID
EFE

VÍDEOS:

Juegos Mentales 2 Engañando a la mente


Juegos Mentales 2 Engañando a la mente from caytics on Vimeo.

Juegos Mentales - Creer para ver


Juegos Mentales - Creer para ver from tu_cerebro on Vimeo.

Documental - Engaños del cerebro

Científicos descubren que los insectos fabrican conceptos abstractos



Según esta investigación, los análisis cognitivos sofisticados son posibles en ausencia de lenguaje.

Por: EFE
abejas 
Las abejas aprendieron a distinguir a donde debían acercarse para obtener alimento y no el castigo

PARÍS.- Un sorprendente estudio publicado por un grupo de investigadores franceses mostraría que el cerebro de los insectos es mucho más complejo de lo que se creía, y pese a su pequeño tamaño es capaz de elaborar y procesar conceptos.

El cerebro de los insectos es capaz de fabricar y procesar conceptos abstractos, según un estudio publicado por un grupo de investigadores galos, informó este viernes el Centro Nacional de Investigación Científica de Francia (CNRS).

"Esa capacidad, que se le creía propia de los seres humanos y de algunos primates, muestra que los análisis cognitivos sofisticados son posibles en ausencia de lenguaje y pese a una arquitectura neuronal miniaturizada", señaló el CNRS en un comunicado.

La investigación fue publicada en la revista científica estadounidense 'PNAS' (Proceedings of the National Academy of Sciences).

Los experimentos, realizados con abejas por científicos de la Universidad de Toulouse que fueron dirigidos por el profesor Martin Giurfa, muestran que esos insectos "son capaces de generar y después manipular conceptos con el fin de acceder a una fuente de alimentación".

Los científicos colocaron uno encima de otros dos paneles con dibujos distintos y en medio un orificio con una solución azucarada.

Simultáneamente, colocaron otros dos paneles, esta vez uno al lado del otro, junto a un orificio con una gota de quinina, como castigo.

Hasta en treinta repeticiones, las abejas aprendieron a distinguir a qué disposición de dibujos debían acercarse para obtener el premio y no el castigo.

Incluso, al cambiar los dibujos pero al mantener la disposición (encima o al lado), las abejas acertaron a reconocer dónde les esperaba su agua con azúcar, agrega en CNRS.

El estudio, agrega el Centro Nacional de Investigación Científica de Francia, abre dudas sobre las ideas evolutivas predominantes hasta ahora, como la que planteaba que son imprescindibles cerebros de gran tamaño, como los de los mamíferos, para la elaboración de un saber conceptual. También tiene implicaciones sobre el desarrollo de nuevos sistemas de inteligencia artificial.


PARÍS
EFE

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